El parlamento húngaro aprobó este martes 18 de marzo una enmienda a la ley de reunión que prohíbe en la practica la celebración de la marcha del Orgullo de Budapest y otros eventos relacionados con el orgullo LGBTQ+ en el país. Según los legisladores que aprobaron la ley, el objetivo es proteger a los menores de edad, pues la ley se enmarca en dentro de la llamada “Ley de defensa de los menores” aprobada en 2021. Este es el último de una serie de pasos que eliminan derechos para las personas LGBTQ+ en Hungría.
La nueva legislación fue presentada solo un día antes de ser aprobada y se aprobó en un procedimiento acelerado gracias a la gran mayoría en el congreso de la coalición gobernante. La medida fue propuesta e impulsada por el partido Fidesz, al que pertenece el primer ministro, Viktor Orbán, y fue respaldada por diputados de extrema derecha. La enmienda prohíbe eventos que “promuevan o exhiban el cambio de identidad de género o la homosexualidad” y fue aprobada con 136 votos a favor y 27 en contra.
Esta medida representa el último retroceso en los derechos y protecciones para las personas LGBTQ+ en el país. Desde su llegada al poder, el gobierno de Orbán ha aprobado otras leyes similares, incluida la polémica “ley de protección infantil” de 2021, que prohíbe la aparición de personas gais en materiales educativos escolares o programas de televisión dirigidos a menores de 18 años.
La ley aprobada el martes se alinea con la postura del gobierno de que la marcha anual del Orgullo LGBTQ+ podría considerarse un evento perjudicial para los niños y que esto tiene más peso que el derecho a la reunión. De forma adicional, se estipuló que asistir a un evento prohibido conllevará multas de hasta 200,000 forintos húngaros (unos 550 dólares o 500 euros), dinero que, según el texto de la ley, deberá destinarse a la “protección infantil”. Las autoridades además podrán utilizar herramientas de reconocimiento facial para identificar a quienes asistan a eventos prohibidos.

La medida generó una ola de protestas nacionales. Los organizadores de la marcha del Orgullo de Budapest criticaron la propuesta de ley tras su presentación el lunes 17 de marzo y lanzaron una campaña de financiamiento para hacerle frente. También afirmaron que, a pesar de la prohibición, en 2025 sí se celebrará el Día del Orgullo, que este año cumple 30 años en Hungría. En un comunicado señalaron: “No es más que teatro político: el partido gobernante está usando a la comunidad LGBTQ+ para su propio beneficio. Pero nos negamos a ser el chivo expiatorio de nadie”.
Los diputados de la oposición húngara encendieron bombas de humo en el congreso para protestar contra la aprobación de la nueva ley. Además, la oposición democrática húngara denunció que la enmienda vulnera uno de los derechos fundamentales y limita aún más los derechos de la comunidad LGBTQ+ que el gobierno de Orbán lleva 15 años reduciendo progresivamente. La medida también generó la reacción de la Unión Europea, que inició acciones legales contra esta violación a los derechos de la población húngara.