El primero de diciembre de cada año se conmemora el Día Mundial del SIDA. La fecha fue proclamada por la Organización Mundial de la Salud en 1988 y, desde ese año, cada primero de diciembre distintas personas y organizaciones se unen para apoyar a las personas que viven con VIH y conmemorar a las que han fallecido por enfermedades relacionadas con el SIDA. Cada Día Mundial del Sida gira en torno a un tema diferente. En 2024, el lema es “Sigamos el camino de los derechos”.
La fecha se estableció como una forma de visibilizar y sensibilizar a la población sobre una de las crisis de salud más devastadoras de la historia moderna: la pandemia del VIH/sida. Durante los años 80’s y 90’s, el mundo enfrentó los mayores estragos de una enfermedad que emergió en un contexto de desinformación, prejuicio y estigmatización, afectando desproporcionadamente a la comunidad LGBTQ+. Bajo estas condiciones, surgió una lucha social que no solo buscaba acceso a tratamientos médicos, sino también dignidad, justicia y visibilidad.
Desde los inicios de la pandemia, el VIH/SIDA fue rápidamente asociado con hombres homosexuales, lo que creó un estigma sobre la enfermedad y llevó a que fuera etiquetánda erróneamente como una “plaga gay”. Este prejuicio no solo marginalizó a las personas afectadas, sino que también retrasó la investigación médica y la respuesta de los gobiernos. Las noticias de muertes masivas y el rechazo social crearon un doble sufrimiento: la enfermedad física y el aislamiento.
En países como Estados Unidos y gran parte de Europa, la comunidad LGBTQ+ que vivía con VIH encontró resistencia a la atención médica adecuada y la garantía sus derechos básicos. De forma adicional, la carencia de investigación farmacéutica, la exclusión en programas de salud, la falta información precisa y los discursos moralistas en torno a la sexualidad crearon barreras significativas para la prevención y el tratamiento.
Frente a este contexto, la comunidad LGBTQ+ no permaneció en silencio. Organizaciones como ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power) y GMHC (Gay Men’s Health Crisis) lideraron protestas y campañas informativas para exigir financiamiento, investigación y acceso a medicamentos. Estas acciones no solo salvaron la vida de muchas personas, sino que también transformaron la percepción pública sobre el VIH/SIDA y visibilizaron la humanidad de quienes vivían con la enfermedad.
El activismo adoptó muchas formas: desde manifestaciones masivas frente a instituciones médicas y gubernamentales hasta la creación de redes de apoyo comunitario. Uno de los mayores logros fue el acceso a medicamentos antirretrovirales en la década de 1990, que marcó un antes y un después en la supervivencia de las personas con VIH.
Conmemorar la lucha de esa época no solo es un testimonio del poder del activismo, sino también un recordatorio de las vidas perdidas. Memoriales como el Tapiz Conmemorativo del SIDA en Estados Unidos son ejemplos del duelo colectivo y la resistencia que buscan honrar a quienes fallecieron y mantener viva su memoria. Asimismo, el impacto cultural de esta lucha se refleja en el arte, la literatura y, particularmente, en el cine. Estas expresiones artísticas no solo documentan los desafíos de la época, sino que también fomentan la empatía y el entendimiento en las nuevas generaciones.
Aunque existe una larga lista de películas, series y documentales que describen las historias y los hechos de la época, a continuación, te presentamos 5 películas que consideramos esenciales para entender mejor la lucha contra la pandemia del VIH/SIDA:

Philadelphia
Protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington y dirigida por Jonathan Demme, este drama estadounidense muestra el impacto del VIH/SIDA en la vida de un abogado exitoso que enfrenta discriminación tras revelar su diagnóstico. La película estrenada en 1993 combina elementos de denuncia social y crítica hacia los prejuicios que prevalecían en los años 80 y 90. Fue una de las primeras películas de Hollywood en abordar los temas del VIH/SIDA y la discriminación hacia las personas gais de manera directa.

Un corazón normal
Es una película dramática estadounidense de 2014 que fue dirigida por Ryan Murphy y basada en la influyente obra teatral de Larry Kramer del mismo nombre. Está protagonizada por Mark Ruffalo, Jim Parsons y Matt Bomer. El filme aborda los primeros años de la crisis del VIH/SIDA en la ciudad de Nueva York, centrándose en la lucha de activistas que buscaban concientizar al mundo sobre esta enfermedad que devastó a la comunidad gay en la década de 1980. Es una historia profundamente emotiva y política, que explora la frustración, el dolor y la valentía de quienes enfrentaron esta crisis en un clima de indiferencia social y gubernamental.

Y la banda siguió tocando
Es una película dramática estadounidense realizada para la televisión y dirigida por Roger Spottiswoode está basada en el influyente libro homónimo de no ficción de Randy Shilts, publicado en 1987. La película fue estrenada en 1993 y es un retrato exhaustivo y desgarrador de los primeros años de la pandemia del VIH/SIDA, destacando la indiferencia gubernamental, las luchas dentro de la comunidad médica y el impacto devastador de la enfermedad en la sociedad.

120 pulsaciones por minuto
Es una película francesa de 2017 dirigida por Robin Campillo, que combina drama, romance y activismo político para narrar la lucha de los miembros de la organización ACT UP París durante la crisis del VIH/SIDA en la década de 1990. La película es un homenaje a los activistas que, en medio de una epidemia devastadora y la indiferencia gubernamental, lucharon por visibilizar la enfermedad y acelerar el acceso a tratamientos que salvarían vidas. A la vez, la cinta narra las historias de los personajes y los efectos emocionales del VIH/SIDA en la vida de los jóvenes.

Cómo sobrevivir a una plaga
Es un documental estadounidense de 2012 dirigido por David France, que narra la lucha de los activistas durante los años más oscuros de la pandemia del VIH/SIDA. La cinta se centra en los grupos ACT UP (AIDS Coalition to Unleash Power) y TAG (Treatment Action Group), quienes transformaron la desesperación en acción política, desafiaron a las instituciones y jugaron un papel clave en el desarrollo de tratamientos que salvaron millones de vidas. El documental también muestra cómo el activismo y la desobediencia civil lograron avances significativos en el tratamiento del VIH.
Aunque los avances médicos han transformado el VIH en una condición manejable, el estigma sigue siendo un desafío global. La historia de la lucha de la comunidad LGBTQ+ durante la pandemia del SIDA es un recordatorio de la importancia de la empatía, la educación y la acción colectiva para enfrentar las crisis sociales y de salud.