El libro autobiográfico de Luke Evans, El chico de los valles de Gales, será lanzado para su venta en español el próximo 27 de mayo. En ella, el actor británico narra su “viaje inesperado” desde un pueblo minero en el Reino Unido hasta convertirse en una estrella de Hollywood. El libro también aborda sus romances, incluida su relación con el modelo y actor español Jon Kortajarena, que nunca confirmaron e incluso trataron de ocultar en su momento.
A unas semanas de su lanzamiento, Vanity Fair adelantó detalles del capítulo 51 en el que Evans recuerda su romance lleno de “pasión” y “drama” con el modelo español. De acuerdo con el libro, Evans vio por primera vez a Kortajarena en la gala de amfAR, la Fundación para la Investigación del Sida, durante el Festival de Cine de Cannes en 2014. Sobre ese momento, Evans señala: “[al conocerlo] no me pude creer su belleza. Tenía una vida fabulosa de desfiles de moda, sesiones de fotos, de ser imagen de marcas, viajar por el mundo con ropa espectacular puesta. La personalidad de Jon destacaba tanto como su aspecto: era seguro de sí mismo, divertido y muy tierno.”
Aunque aún no estaban saliendo, las fotos donde se veían juntos en ese evento benéfico dieron la vuelta al mundo y captaron la atención de la prensa. Evans revela que unas semanas más tarde comenzó su historia de amor, marcada por la presión mediática que, en su opinión, no supieron manejar bien. “Éramos una pareja volátil y teníamos las discusiones más dramáticas. En varias ocasiones, salí furioso de su apartamento en Nueva York en pleno invierno, maleta en mano, solo para regresar helado y agachando las orejas”, describe. “Jon y yo teníamos una relación similar al flamenco: llena de amor y pasión, pero también de furia, tormento y abundante drama”.
Evan añade: “Era adictivo. Jon era adictivo, el drama también, pero al final nos sobrepasó. No habría funcionado sin el interés de la prensa. Ambos estábamos enfocados en nuestras carreras”. Una pasión que terminó “de forma muy triste”, tanto que prefiere no entrar en detalles. “Nos costó mucho tiempo poder estar en la misma habitación”, lamenta, aunque el tiempo todo lo cura, y finalmente se reconciliaron en el cumpleaños de un amigo en común. “Fue maravilloso verlo. Nos abrazamos y lo que me parece increíble es que ahora somos buenos amigos y podamos reírnos del pasado”.